La historia de Karla Ojeda, una venezolana que decidió estudiar idiomas en Canadá

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Más allá de las estadísticas y los datos, las voces reales de los estudiantes son las que mejor capturan la esencia de una experiencia educativa en el extranjero. 

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En este artículo, lo invitamos a sumergirse en las vivencias auténticas de una estudiante internacional que eligió Canadá como su destino para aprender idiomas. A través de su experiencia, descubrirá los desafíos, los momentos de triunfo y las conexiones culturales que enriquecieron su vida mientras estudió en este país tan fascinante. Este interesante relato personal le ofrecerá una perspectiva única sobre el valioso significado que representa el estudiar idiomas en Canadá. 

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¡Prepárese para inspirarse con la historia de Karla Ojeda, una estudiante nativa del estado Táchira, Venezuela, quien hizo un emocionante viaje de aprendizaje y autodescubrimiento en tierras canadienses!

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"¡Hola! Mi nombre es Karla y fui estudiante de intercambio en Canadá, específicamente en la provincia de Ontario, gracias al Rotary Club.

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Antes de contar mi experiencia, quiero agradecer al Rotary Club por esta iniciativa de patrocinar Intercambios internacionales entre jóvenes de 15 a 19 años en más de 100 países. Yo fui parte de este programa cuando era menor de edad y fue una de las experiencias más enriquecedoras que viví durante mi etapa escolar.

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Tal vez se preguntarán porqué escogí Canadá y no otro país, en realidad, había leído mucho sobre su reputación como un país amigable, multicultural y seguro. Además, la belleza natural y la calidad de vida canadienses fueron factores que me atrajeron muchísimo porque fue lo que me contaron los amigos que habían tenido la oportunidad de ir y sus vivencias divertidas influyeron para que también me atreviera a viajar y tener mi propia aventura, así que Ontario fue mi destino, la provincia más poblada del país ubicada entre Estados Unidos y los Grandes Lagos.

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Los canadienses me hicieron sentir como en casa

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De mi experiencia puedo decir que lo haría una y otra vez. Canadá es un país maravilloso y multicultural que se caracteriza por la amabilidad de su población; es un país para aprender de él y para enseñarle cosas de nuestra cultura latina porque la población canadiense también aprende mucho de nosotros los extranjeros y lo valora. De hecho, los canadienses son de las personas más amables y dispuestas a ayudar que he conocido. Desde el comienzo me hicieron sentir como en casa y yo, por mi parte, expandí mi visión del mundo al ver a tantas personas de otros países. Además, es casi seguro que uno aprende otros idiomas porque Canadá es un país bilingüe y, dependiendo de la región donde estés, la exposición al idioma francés se acentúa más por lo que sin saberlo puedes ir aprendiendo dos idiomas a la vez.

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Del inglés básico a dominar el idioma y reconocer mis capacidades

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Como se trató de un intercambio cultural a través del Rotary Club, ellos me conectaron con mi familia de acogida que fue quien hizo el registro de clases en un semestre de un colegio público.

En principio, el intercambista tiene un conocimiento básico del inglés, ese fue mi caso también, sin embargo, decidí mejorar mis habilidades desde cero para aprovechar al máximo la inmersión en el idioma de Canadá. 

Mi mayor desafío fue adaptarme a un nuevo sistema educativo y al acento canadiense. También me costó al principio expresarme con fluidez en inglés, pero con dedicación y práctica constante superé este desafío, y si bien no establecí un momento específico en el que me sentí completamente segura hablando inglés, sí noté una enorme mejoría después de aproximadamente seis meses de estudio y práctica diaria.

Como estudiante de intercambio, puedo decir con seguridad que ha sido una de las experiencias más retadoras que pude haber vivido porque me demostré a mí misma que sí podía aprender un idioma nuevo, que aventurarme en lo desconocido fue una experiencia transformadora y que debía reconocerme como una persona fuerte y adaptable, algo que no conocía tanto de mí. Además, aprendí a desarrollar una nueva perspectiva sobre la vida y la cultura, y mi mente se abrió a nuevas posibilidades. Estar lejos de mi país, Venezuela, me hizo más independiente y segura de mí misma y ahora aprecio mucho las diferencias  que hacen que el mundo sea tan fascinante. 

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Una nueva familia y amigos valiosos

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Durante mi estadía en Ontario, hice amigos de todo el mundo y me alegra mucho que hayan enriquecido aún más mi experiencia, ya que compartimos diferentes perspectivas culturales y viajamos juntos por Canadá. Una anécdota memorable fue mi viaje a las Montañas Rocosas, allí disfrutamos de paisajes impresionantes y aventuras al aire libre, Canadá me enamoró tanto que hoy por hoy vivo y trabajo en este hermoso país. 

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En definitiva, estudiar idiomas en Canadá me ha abierto muchas puertas laborales y al mismo tiempo me regaló una nueva familia y amigos de otros países. Si te identificas con este relato y piensas aprender idiomas en Canadá, te recomiendo que explores las opciones que ofrece este país de primer mundo. 

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Quiero agradecer a Immiland Canada por permitirme contar mi historia y animar a mis coterráneos venezolanos y hermanos de diferentes países a escribir su propia experiencia.

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¡Éxito para todos! "

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Karla Ojeda

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Este relato forma parte de un caso más de éxito de extranjeros que quieren vivir el sueño canadiense y se atreven a explorar sus propias aptitudes para superarse a sí mismo aportando lo mejor a su entorno y permitiendo que otros también alimenten sus conocimientos. Para nosotros es satisfactorio saber que muchos estudiantes quieren desarrollar nuevas habilidades y deciden retarse a sí mismos traspasando las fronteras del idioma y su idiosincrasia para tejer hilos de conocimiento, amistad y crecimiento personal. Gracias, Karla, por acercarte a nosotros y contar tu historia.

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Con amor,

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Immiland

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