¿Una pareja inmigrante debería firmar acuerdos prenupciales y de cohabitación en Canadá?

Eddy Ramírez
May 12, 2025

Cuando un inmigrante latino decide emprender una vida en conjunto en Canadá, debe pensar previamente cómo manejaría los eventos a futuro que puedan afectar su relación de pareja en función de los hijos, los bienes materiales, las deudas financieras, etc. 

Esto conlleva una conversación en donde ambas partes hablen de sus condiciones de convivencia, o lo que es igual: hablen de acuerdos prenupciales o de cohabitación. De allí que surja la pregunta: ¿Una pareja inmigrante en Canadá debería firmar acuerdos prenupciales o de cohabitación?

Este es el tema de hoy en nuestro blog. Lea conmigo hasta el final y descubra si es necesario firmar este tipo de acuerdos antes de casarse. ¡Comencemos!

¿Qué es un acuerdo prenupcial?

Un acuerdo prenupcial es un contrato legal que se establece entre dos personas antes de que se casen. Su finalidad es definir, de manera clara y consensuada, los derechos y obligaciones de cada parte en relación con la administración de bienes, deudas y asuntos financieros. Este acuerdo no se utiliza porque se espere un conflicto futuro, sino como una medida de planificación para proteger a ambas partes en caso de que la relación cambie o, en situaciones extremas, se disuelva.

¿Qué es un acuerdo de cohabitación?

Un acuerdo de cohabitación es un convenio legal celebrado entre parejas que deciden vivir juntas sin que necesariamente estén casados. Este documento establece normas y pautas sobre la administración del hogar, la distribución de gastos, la propiedad de bienes y otros aspectos importantes de la convivencia. Al igual que el acuerdo prenupcial, se propone como una herramienta preventiva para clarificar derechos y responsabilidades, facilitando la resolución de cualquier eventual desacuerdo de manera ordenada y justa, sin implicar que se trata del fin de la relación. Esto es, en realidad, un tema de prevención.

¿Cuál es el objetivo de estos acuerdos?

Los acuerdos prenupciales se elaboran antes del matrimonio, mientras que los de cohabitación se formalizan durante la convivencia, y ambos tienen objetivos similares: prevenir conflictos futuros al definir, de antemano, cómo se administrarán los bienes, las finanzas y otros aspectos de la relación en caso de separación o cambio de circunstancias. 

Para entender mejor el porqué de estos acuerdos, comparto un caso práctico.

La historia de Alejandra y Manuel

Alejandra y Manuel son una pareja inmigrante que decide iniciar su vida en Canadá, con sueños y expectativas como todos. Al llegar, se enfrentan a la adaptación de un nuevo entorno y a la comprensión de un sistema legal muy diferente al de su país de origen. 

Con el tiempo, deciden contraer matrimonio y comenzar a construir su hogar. Aunque su relación se basa en la confianza mutua, ambos son conscientes de las diferencias culturales y las complejidades legales que pueden surgir en una nueva tierra.

El contexto sin acuerdo

Al principio, Alejandra y Manuel optan por no formalizar ningún tipo de acuerdo prenupcial o de cohabitación, confiando únicamente en su compromiso personal. Sin embargo, conforme transcurre el tiempo, comienzan a surgir pequeñas diferencias en la manera en que administran sus finanzas y en cómo entienden la propiedad de ciertos bienes adquiridos en Canadá, como su primer automóvil o el mobiliario de su vivienda. 

Lo que parecían ser detalles menores puede dar pie, en el futuro, a interpretaciones diversas sobre sus derechos y deberes, especialmente si algún imprevisto insistiera en cambiar el curso de su vida juntos.

La decisión de planificar con anticipación

Conscientes de que la transparencia y la claridad son esenciales, deciden reunirse con un abogado especializado en derecho familiar para elaborar un acuerdo prenupcial o, en su caso, un acuerdo de cohabitación. Reitero que este acuerdo no es un signo de desconfianza, sino una herramienta de planificación que establece reglas claras, facilita la adaptación, refuerza la confianza y genera tranquilidad para el futuro.

Si bien algunas parejas se sienten completamente cómodas dejando al destino la resolución de problemas, otras encuentran que el simple hecho de tener un marco legal definido aligera la carga mental que implica adaptarse a un nuevo país y sistema jurídico. 

Firmar este tipo de acuerdos cimenta una base sólida sobre la cual cada uno puede apoyarse, con la seguridad de saber que, en caso de complicaciones inesperadas, ya han acordado cómo actuar de manera justa y respetuosa.

¿Es necesario firmar un acuerdo prenupcial o de cohabitación siendo inmigrante en Canadá? 

La respuesta es muy personal y debe reflexionarse. Para los inmigrantes, estas formalidades adquieren un valor adicional, ya que aportan claridad legal en un nuevo entorno que ambos deben comprender y al que sin duda deben adaptarse.

Estar seguros de dar este paso es un tema importante y necesario como parte de la planificación y el derecho familiar canadiense. Salir de dudas, en caso de tenerlas, es cuestión de conocimiento legal. Para ello es recomendable consultar con abogados canadienses que manejen el tema con claridad y experticia.

En Canadá, existen recursos legales que pueden orientar a las parejas para que logren adaptarse al entorno de forma armónica, previendo el futuro incierto y garantizando estabilidad al máximo.

Servicios legales de Immiland Law para la familia 

Nuestro equipo legal está comprometido con brindar apoyo y representación a la familia inmigrante. Elaboramos acuerdos prenupciales y matrimoniales para proteger los intereses de ambas partes de la pareja antes o durante la vida en común. 

Si se siente identificado con esta situación y requiere asesoría sobre este tipo de acuerdos, contáctenos y le podemos ayudar. También puede agendar directamente este servicio aquí

Espero que este tema sea útil para ambos miembros de la pareja. Comparta este blog con familiares y amigos interesados y no se pierda nuestro próximo artículo sobre la importancia de tener un acuerdo de separación amistosa. 

¡Gracias por leernos!

Con amor, 

Immiland Law